domingo, 24 de agosto de 2008

Columna de J.J. Brunner

El debate que viene sobre la educación superior
Por José Joaquín Brunner

Un voluminoso informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la educación terciaria vuelve a poner de relieve su importancia para el desarrollo de los países. El propio informe es el mayor esfuerzo de síntesis realizado durante la última década sobre este sector.

Basado en un examen minucioso de las políticas y sistemas nacionales de 24 países, y en visitas de expertos a 150 instituciones, este informe será en adelante un punto de referencia obligado para los formuladores de políticas y los directivos y administradores institucionales.

Las funciones que hoy cumple la educación superior -formación de capital humano avanzado; producción de conocimiento científico y tecnológico; transmisión y uso del conocimiento a través de sus interacciones con diversos usuarios, especialmente del sector productivo, y conservación y transmisión intergeneracionales de los saberes eruditos- son todas cruciales tanto por los beneficios privados (para las personas) y sociales (para la economía y el bienestar público) que ellas generan.

De ser efectivo que ingresamos a un estadio del capitalismo caracterizado por la explotación del conocimiento como principal medio de producción, entonces también el rol de la educación superior debe adquirir una especial jerarquía en la agenda pública.

El informe identifica con precisión las principales tendencias que caracterizan globalmente a los sistemas nacionales: su intensa masificación, la diferenciación de las instituciones y diversificación de la provisión, las nuevas modalidades de impartir docencia, la mayor heterogeneidad del alumnado, los arreglos emergentes para la financiación de las instituciones y los estudiantes, el foco cada vez más ceñido en el desempeño y los resultados institucionales, el surgimiento de redes globales basadas en la movilidad internacional de estudiantes y profesores, la colaboración en proyectos de investigación y la provisión transnacional de servicios de enseñanza.

Particular interés posee este informe en relación a los cambios en las formas del gobierno corporativo de las universidades y el modo como los gobiernos nacionales emplean al mercado y mecanismos similares para estimular un desempeño más relevante y eficiente de las universidades en la prosecución de fines de interés público.

En Chile ambos aspectos son críticos. En efecto, el futuro de nuestro sistema depende, en medida importante, de la manera como las instituciones (estatales y privadas) logren revisar y modernizar sus esquemas de gobierno y gestión corporativa, dotándolos de capacidad para liderar el cambio, y de las políticas gubernamentales para financiar al sistema, otorgar mayor transparencia e información al mercado y estructurar un régimen de aseguramiento de la calidad que goce de reconocimiento dentro y fuera de nuestras fronteras.

El Consejo Asesor Presidencial para la Educación Superior formuló diversas propuestas respecto de estas materias en marzo pasado. Es preciso conocer ahora la respuesta del Gobierno y deliberar públicamente sobre aquellas propuestas. El informe de la OCDE ofrece un apropiado marco para orientar nuestro debate.

El futuro de nuestro sistema depende de que las instituciones modernicen sus esquemas de gobierno y gestión, y de las políticas gubernamentales para financiar, transparentar y asegurar calidad.

Fuente: El Mercurio, 24 de agosto 2008

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